viernes, 21 de febrero de 2014

El discurso progresista del nuevo Arzobispo de Montevideo.

Secretum Meum Mihi, 21-Feb-2014. El titular no es nuestro, lo copiamos de la fuente, es decir, El Diario (de Uruguay), Feb-20-2014. Visto en

El discurso progresista del nuevo Arzobispo de Montevideo

Por Ana De Salvo | Jueves, 20 de febrero del 2014


Sorprendió el discurso progresista de Monseñor Sturla, quien en la misma línea del Papa Francisco, marca una gran diferencia con las opiniones de su antecesor Nicolás Cotugno sobre marihuana y homosexualidad

Daniel Fernando Sturla Berhouet, S.D.B. (Montevideo, 4 de julio de 1959) es un sacerdote salesiano que acaba de suceder a Monseñor Nicolás Cotugno. En setiembre de 2013, se retiró al cumplir 75 años.

Sturla fue ordenado sacerdote en 1987, y es el nuevo responsable de la diócesis de Montevideo, cargo que ocupó pisando fuerte a través de un discurso en total sintonía con el papa Francisco.

Esta nueva línea de la Iglesia Católica montevideana quedó de manifiesto con un expreso reconocimiento a la homosexualidad como una opción sexual más, una mayor tolerancia al uso de preservativo en las relaciones sexuales y la convicción de que “la moralina” de la Iglesia Católica a veces “tapa el Evangelio”, consignas que expresó el nuevo Arzobispo Sturla ni bien asumió su puesto.

Para mayor información, el nuevo líder de la grey católica de Montevideo proviene de una familia que sabe moverse en la arena política; su hermano, Martin Sturla, fue un destacado legislador del Partido Nacional (Herrerismo), quien falleciera en 1991 con 37 años.

Sus primeras declaraciones como Arzobispo de Montevideo marcan un cambio radical con respecto a las opiniones adoptadas en forma pública por su antecesor Cotugno en temas tales como el aborto, el matrimonio igualitario, y la regulación de la marihuana.

En este sentido, Sturla tuvo palabras de elogio para el presidente José Mujica: “El ejemplo de austeridad” del presidente “es estupendo”, dijo en una entrevista que publica hoy el semanario Búsqueda.

“Yo tengo amigos homosexuales. He tenido chicos con los que he hablado del tema, les he asegurado que Dios los ama profundamente. Dios te ama por lo que sos y no porque te orientes a un lado u otro desde el punto de vista sexual”, dijo.

No obstante puntualizó que, de acuerdo al dogma católico, tener relaciones sexuales fuera del matrimonio será pecado. Incluso el matrimonio para personas del mismo sexo acerca a estas personas a los postulados religiosos.

Su antecesor, en cambio, se refería a la homosexualidad como “una enfermedad”, a tono con anteriores pronunciamientos del Vaticano.

La llegada de Francisco al Vaticano marcó un antes y un después de emitir una frase que se convirtió en un fuerte mensaje para los católicos y para quienes no lo son: “yo no soy quién para juzgar a un homosexual”, señaló y de algún modo marcó la cancha para todos los sacerdotes a su mando.

Sturla advirtió que si una pareja homosexual se presenta con su hijo en la Iglesia Matriz éste será bautizado siguiendo el rito católico.

“Nadie puede negarle (a un niño) el bautismo porque tenga dos papás o dos mamás”, comentó.

El arzobispo dijo que este principio prima sobre la posición contraria de los católicos a que los homosexuales puedan adoptar o tener hijos.

“No quiero contraponer a lo que el arzobispo anterior ha declarado”, aclaró Sturla. “Pero todos hemos evolucionado en el tema de la homosexualidad (…) Una cosa era hace 20 años cuando en un colegio había un chico que era catalogado con un nombrete por su modalidad, y otra cosa es hoy. En ese sentido la sociedad ha evolucionado positivamente porque se comprende y es que hay personas que por distintas razones tienen características personales o gustos u orientación sexual diversa de la mayoría”.

Monseñor Sturla reconoció que tanto este asunto como el de la regulación de la marihuana no logran unanimidades en la Iglesia uruguaya. El arzobispo de Minas Jaime Fuentes, cercano al Opus Dei, se ha manifestado contra el paquete de leyes de corte moral y comportamental que aprobó el gobierno de Mujica. Sobre el aborto, otro asunto al que los católicos opusieron gran resistencia, el arzobispo dio un giro notable a las directivas de la cúpula. En ese sentido, declaró en el diario El País: “la aprobación del aborto ya está; ahora hay que curar las heridas de la sociedad”.